Haciendo de uso de su ingenio, un mecánico mirandino ideó sendas máquinas para trillar y moler el cereal en su propia casa A las siete...
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Haciendo de uso de su ingenio, un mecánico mirandino ideó sendas máquinas para trillar y moler el cereal en su propia casa
A las siete de la mañana, incluso antes de abrir las puertas de su taller, Miguel Paredes, mecánico automotriz de oficio, está listo para transformar los granos de un kilo de maíz en la masa con la cual su esposa elaborará las arepas que comerán durante todo el día.
Como todas las familias venezolanas, la de Miguel está acostumbrada a comer arepas en el desayuno. A veces, también acompañan el almuerzo con este alimento y, frecuentemente, cada una de las tres personas que viven en su casa se va a la cama con una redondita en el estómago -bien sea frita o azada- rellena con algún condumio.
En estos tiempos de guerra no convencional, en la que la oligarquía se ha empeñado en ocultar los alimentos al pueblo, el mecánico y su familia que residen en San Francisco de Yare, municipio Simón Bolívar, del estado Miranda, no se desaniman. Ante la terquedad de los “Amos del Valle” de mantener alejado el paquete de harina precocida de los anaqueles, Miguel optó por otra alternativa para evitar que sus parientes se queden sin comer las budareñas.
LA MATERIA PRIMA
El primer paso para hacer harina de maíz es conseguir la materia prima: los granos. En el sur del estado Aragua se ubican pueblos como San Casimiro, Barbacoas, Camatagua y el Sombrero en Guárico, que eran excelentes plazas para comprar directamente el producto a los campesinos.
Hasta hace unos meses, Paredes y varios amigos hacían viajes para estos poblados cada cierto tiempo donde compraban maíz en concha, pero empezó a circular un rumor que trasladarlo de un lado a otro estaba prohibido.
Entonces -contó Paredes- los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) se dieron a la tarea a cobrarles “vacuna” cada vez que pasaban por las alcabalas con un su saquito de granos. Por esa razón no pudo ir más hasta allá.
Ahora debe recurrir a los productores locales que en Yare también abundan. La diferencia entre los estados centrales y Miranda, es que en esta última entidad el producto se cotiza más caro y lo venden en cantidades más pequeñas, casi que artesanalmente.
En estos momentos se puede comprar a los productores de Yare un saco de maíz que contiene 700 kilogramos en Bs 35 mil, bien sea amarillo o blanco. En Aragua o en Guárico por la mima cantidad Paredes pagaba menos de Bs 30 mil.
INGENIO EN MARCHA
Ante tantas contrariedades, la arepa de la familia Paredes comenzó a tornarse cuadrada. Sin embargo, el mecánico apeló a todas sus capacidades para imaginar e inventar dos aparatos que, hasta los momentos, le han resuelto la vida.
Combinó toda su inteligencia, habilidades y conocimientos, así como recursos y todos los medios que tenía a disposición para crear una trilladora de maíz, en el primero de los casos.
En segundo lugar, modificó un viejo molino Corona tradicional en una moderna herramienta que hace más facil la difícil tarea de triturar los duros granos de maíz trillados y sancochados en una masa suave, moldeable y suculenta para hacer arepas.
PROCEDIMIENTO DEL TRILLADO Y MOLIDO
La operación de trillado consiste en desprender de manera mecánica la cáscara de los granos. Se trata de una película transparente que está sobre toda la superficie del cereal que, de no ser arrancada, causaría molestías en la garganta al comensal. Lo haría intragable.
Esta separación, efectuada con ayuda de una máquina, se consigue batiendo, frotando o sacudiendo el producto. Para efectuar esta tarea, Paredes revisó un manual en YouTube y se puso manos a la obra. El aparato trillador está formado por un cilindro que consiguió al desarmar un calentador de agua usado, un motor, varios tubos y cabillas.
A las siete de la mañana, Paredes deposita taza a taza los granos de maíz húmedos en el cilindro. Luego enciende el motor de dos caballos de fuerza, que mueven un eje central que posee varias aspas. Estos artilugios baten el grano contra las paredes del cilindro. Esta acción constante durante cinco minutos hace que la gramínea vaya soltando la cáscara.
Por unos agujeros que están en la parta baja de la bombona se va escapando un subproducto llamado “nepe”, que es un afrechillo que se forma de la cáscara triturada. Además, luego de una selección del grano limpio, se origina otro residuo al que se le denomina “pico”, que no es otra cosa que los pedazos más pequeños del maíz que van quedando cuando este se fractura al chocar contra el metal.
El “nepe” se utiliza para alimentara a los cerdos, mientras que el “pico” es muy apetecido por los pollitos que están recién salidos del cascarón. Los vecinos de Paredes le compran estos dos productos que él les vende por kilo.
Una vez trillado viene el segundo paso. Los granos se ponen a hervir o a sancochar en una olla grande con suficiente agua hasta que hablanden. Para probar que están a punto, basta con llevarse uno a la boca. Si se pueden masticar con facilidad, se procede con el tercer paso.
Miguel Paredes recoge los granos tibios en una batea de madera mediana. Se dirige hasta donde está la máquina de moler y comienza a triturar los granos.
Enciende el motor de la máquina moledora. Es eléctrica, por lo que solo basta con pasar un suiche. Va colocando pequeñas porciones de granos de maíz sancochado por la parte superior del molino. Los rines de bicicletas que fungen de poleas van girando acompasadamente, mientras por un extremo de la Corna va saliendo la masa pastosa de maíz.
Paredes aclara en que no es necesario tener un molino eléctrico. Insiste en que fabricó el suyo para hacer un poco más liviano el trabajo y asegura que las arepas suelen ser más sabrosas cuando se aplica fuerza humana al molino.
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Un alimento con tradición milenaria
El maíz es originario de América, donde fue el alimento básico de las culturas americanas muchos siglos antes de que los europeos llegaran al Nuevo Mundo, señalan portales web.
El origen de esta planta sigue siendo un misterio. Hay pruebas concluyentes, aportadas por los hallazgos arqueológicos y paleobotánicos, de que en el valle de Tehuacán, al sur de México, se cultivaba maíz hace aproximadamente 4 mil 600 años.
Estudios revelan la existencia de más de 260 razas de maíz. Sin embargo, en Venezuela solo se conocen 19 razas, entre las más conocidas están: Chuco, Sicariguas, Aragüito, Cubano Amarillo y Chandelle. Los principales estados productores de maíz en el país son Guárico, Yaracuy, Portuguesa, Cojedes y Bolívar.
El grano de maíz maduro está compuesto por 3 partes principales: pericarpio, que es la capa exterior o cubierta protectora dura y fibrosa que encierra al grano; endosperma, que es la reserva energética, representa el 80-84% de peso total del grano y, finalmente, está el germen: que es el extremo más bajo de la semilla.